Jaume Bover (1945-2023): adiós a un erudito

Jaume Bover Pujol fue una figura clave en la historia cultural de Tánger, ciudad en la que residió de 1986 a 2008. La Biblioteca Juan Goytisolo aumentó su ya rica colección gracias a su labor no solo como bibliotecario, sino también como bibliófilo y escritor.

Nació en 1945 en Vosges (Francia) siendo hijo de emigrantes españoles originarios de la localidad mallorquina de Andratx. En su juventud se trasladó a la localidad mallorquina de S’Arracó y, tras finalizar sus estudios en Magisterio en la Escuela Normal de Baleares, se trasladó a Barcelona para estudiar Pedagogía.

Aunque inició su carrera profesional como maestro, posteriormente cursó los estudios de Biblioteconomía y Documentación en la Universidad de Barcelona y pasó a ser bibliotecario. Su primer destino fue la Biblioteca Bartomeu March Servera de Mallorca y más tarde, regresaría a Barcelona donde trabajó en el Instituto Catalán de Bibliografía. También fue director de los cursos para Bibliotecarios en Palma durante 10 años y colaboró en proyectos internacionales de la Unesco para bibliotecas.

En 1986 accedió al Cuerpo de Archiveros y Bibliotecarios del Estado y fue destinado a la Biblioteca Española de Tánger que más tarde pasaría a depender del Instituto Cervantes. Fue responsable de la biblioteca hasta 2008, es decir, un total de 22 años en que consiguió enriquecer su colección gracias a uno de sus mayores pasiones: visitar el zoco de «Casabarata» de Tánger en busca de libros antiguos y rarezas bibliográficas.

Jaume Bover fue una persona inquieta con intereses en diversos campos, y llegó a convertirse en un escritor prolífico sobre diferentes materias: la cocina mallorquina, la historia de la cetrería en Mallorca, la flora del Atlas, los judíos mallorquines de la diáspora, los incunables de Mallorca o la florística funeraria.

Como buen bibliófilo, contaba con toda una colección de Exlibris que compartimos con vosotros en las siguientes imágenes.

Obras suyas en la biblioteca

Os invitamos a conocer sus libros en la biblioteca Juan Goytisolo del Instituto Cervantes: https://bit.ly/33lZqUI

Homenajes en vida

En 2013 la ​Biblioteca de Andratx quiso reconocer su labor como historiador y bibliotecario, dando su nombre a la biblioteca, un acto que coincidió con el 80 aniversario de la biblioteca.

El año 2020, en plena pandemia, se realizó un homenaje a su figura que fue transmitida virtualmente, y fue publicado el libro «Jaume Bover Pujol: bibliògraf, bibliotecari i erudit» (Palma de Mallorca: Edicions Documenta Balear, 2020), editado por sus compañeros y amigos Lluís Agustí y Miquel Codina.

El pasado 1 de octubre de 2023 falleció en Mallorca, dejando tras de sí no solo una numerosa bibliografía, también un gran círculo de amigos y admiradores.

Os invitamos a ver la exposición que nuestra biblioteca inaugura hoy, coincidiendo con el Día de la Biblioteca y que este año lleva por lema «Tejiendo comunidades», algo que Jaume Bover consiguió en la ciudad de Tánger que tanto amaba.

Palabras dedicadas de sus amigos

Para concluir, queremos compartir con vosotros algunos escritos que le han dedicado varias de las personas que tuvieron la suerte de coincidir con él. Todos destacan su gran profesionalidad y amor por el conocimiento, pero también, su humanidad y su sentido de la amistad.

Jaume Bover, por Mustafa Akalay Nasser

Cuando me pidieron participar en el homenaje a Jaume Bover, no dudé un instante en aceptar porque tenía muy vivo su recuerdo. Jaume Bover era un bibliotecario culto, leído y amante de los libros. Pienso que tenía una gran vocación docente y disfrutaba explicando esas cosas que no se aprenden solo leyendo. Lo hacía sin pedantería y con gran sencillez, valiéndose de sus amplias lecturas. Escribió libros y artículos tan originales como útiles.

El hombre de los papeles, por Juan Franch Fluxà

Un gran intelectual nuestro, por Jesús García Marín

Un mallorquín con chilaba, por Alberto Gómez Font

Hace ya muchos años saludé en el aeropuerto de Tánger a un mallorquín ataviado con una chilaba de lana marrón, como las de los montañeses del país. Era el mismo mallorquín con el que conversé en catalán varias veces en el majestuoso espacio de la Biblioteca Española de Tánger, en la calle de Bélgica. Era un mallorquín muy amable y gran conversador, completamente asimilado a la cultura local de la ciudad donde vivió tantos años: Tánger. Esta ciudad ha gozado de la presencia de muchas y muchos personajes que, aunque ya no estén en el mundo terrenal, forman parte del aura de la Tánger mágica, y Jaume Bover es uno de ellos.

Jaume Bover, por Ana Martínez Hernández

Jaume fue la primera persona que me habló de Juanita Narboni, que me contó sobre un Tánger pasado y presente que cobraba vida ante mis oídos fascinados. Jaume fue un narrador-bibliotecario, un jefe y un amigo extraordinario. Recuerdo su generosidad, su sentido del humor, su trato cuidadoso y comprensivo, su lealtad. Recuerdo también, el entusiasmo con el que acometía cualquier empresa, desde la adquisición de un nuevo libro hasta la receta de una mantequilla con flores de capuchina que nos trajo una tarde a la biblioteca. Todo a su lado era motivo de asombro y de celebración. Quisiera pensar que nos dejó arrullado por esas historias que fabricaba y por el cariño multiplicado que nos profesó a todos los que tuvimos la inmensa suerte de conocerlo y formar parte de su camino.

Jaume Bover, por María José Nassarre

Entrañable y querido Jaume, mallorquín orgulloso de su S’Arracó. Y  “más raro que un perro verde”, como dirían en mi tierra. Erudito sin complejos, igual nos enseñabas a cocinar un “tumbet” que nos ilustrabas sobre el modernismo de Palma o nos ambientabas la foto de las niñas del “farolero” de  Dragonera saludando al capitán de la línea Marsella-Orán.

Ver Mallorca con tus ojos, aunque se fueran opacando, fue un privilegio. 

Jaume Bover, por Paco Otero

Nuestro primer encuentro fue allá por 1990, en uno de esos paseos por Tánger entré en la biblioteca española de esta ciudad. Él me visitó en Madrid en mi café Libertad 8 y en 1994 cuando me instalé de forma estable en Tánger, desde el primer día ya me recibió en su despacho, en una sola semana me fue presentando a todo un grupo de la colonia española. Desde entonces, la visita a su despacho fue diaria y en ellas fui descubriendo en charlas de todo tipo la gran humanidad y cultura de ese hombre que ya en el vientre de su madre estuvo en un campo de concentración en Francia.

Una muestra de esa humanidad la tuve aquel día que viví una situación de angustia y de pánico. En 1999 Paul Bowles, Larbi Yacoubi, Mohamed Chukri y yo vivímos durante unas semanas amenazados e insultados por alguna prensa radical que pedía nuestra expulsión del país por nuestra intervención en una película documental con otros personajes del Tánger Internacional. A pesar de  la protección de las autoridades locales, fue tal mi pánico que pedí refugio a Jaume en su casa donde pasé la noche hasta coger el Ferri al día siguiente hacia Algeciras.

Mi afecto y amistad aumentaron y permanecimos unidos hasta su adiós en una residencia de Mallorca. Su vida fue una continua búsqueda del saber y el conocimiento dando la mano a todo aquel que la necesitó. Hasta que nos encontremos en cualquier otra dimensión, abrazos amigo Jaume.

 Jaume i Jean, per Natàlia Ribas-Mateos

«Allongé dans une couverture, je participais à ce spectacle peut-être plus que les Palestiniens dont le ciel était le lieu commun. … Dans une tragédie de Shakespeare des archers tirent des flèches contre le ciel et je n’aurais pas été surpris si des feddayin d’aplomb sur leurs jambes écartées, mais agacés par tant de beauté en forme d’arc s’arrachant à la terre d’Israël, eussent visé et tiré des balles contre la Voie lactée, la Chine et les pays socialistes leur fournissant assez de munitions pour faire dégringoler la moitié du firmament. Tirer des balles contre les étoiles cependant qu’elles sortaient de leur propre berceau, la Palestine ? »

Rellegint aquestes dies el text de Jean Genet – Un captif amoureux., qui va morir en 1986,  he trobat l´esperit d´en Jaume. En Jean que va passar els darrers anys de la seva vida implicat en els combats de les minories, enlluernant amb la seva força poètica, mostrant el lligam amb els palestins i obrint la seva homosexualitat als lectors. Jaume, també nascut a França va arribar al barri d´Ibèria de Tànger el 1986 i va fer de Tànger casa seva fins els 2008, malgrat la seva gran melanconia que li unia a Palma, doncs era al pis de Palma a on acumulava la seva erudicció material, la seva biblioteca històrica balear.  Atragut en la recerca per les més variades anèdotes històriques, dels costums dels vells jueus marroquins però atragut també sobre tota la idiosincràcia de la terra  de Jebala. Tenia inquietuds infinites, i com Genet, tenia un gran amor sobre la que era la seva gran familia de Tànger. Per en Jean era la Palestina, per en Jaume era Tànger. El destí ha disparat les bales contra els estels del Estret de Gibraltar, estels que sorgien de la Biblioteca Goytisolo.

Recuerdos de Jaume, por Benito Tena Sánchez

Jaume era un amante de la naturaleza, sobre todo de las plantas, las conocía todas. Unos días antes de marchar de Tánger hicimos un viaje a un zoco al aire libre por la zona de Bab Berred, ya que le encantaba ir a estos zocos a buscar todo tipo de productos naturales que en ellos vendían y sobre todo la carne de cabrito que le encantaba. Era un libro abierto en varios temas, sobre todo en su profesión.

Conocía la historia y política de Marruecos en toda su amplitud. Cuando se marchó seguimos en contacto y de vez en cuando me pedía que buscara en el archivo de la catedral algún documento, ya que seguía investigando sin parar, a pesar de sus problemas de vista, temblor de manos y de equilibrio.

Siempre se dirigía a mi como Fray Benito, por trabajar en la Fundación Lerchundi, tenía un gran sentido del humor. Si su salud se lo hubiera permitido, nunca se hubiera ido de Tánger, la ciudad que amaba por encima de todo.

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